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LOS AVANCES DE PHOENIX


La Phoenix acaba de terminar su primera serie de análisis químicos del suelo marciano, inundando literalmente a los científicos de datos, y todos ellos constatan lo mismo: ¡La vida es posible sobre el planeta rojo!.
"Estamos sumergidos en los resultados de análisis químicos”, exclama Michael Hecht, responsable del instrumento MECA (Analizador microscópico, electroquímico y de conductividad) en el JPL. “Intentamos comprender cómo se define la química húmeda del suelo marciano, cuales son los elementos que están allí disueltos, si es ácido o alcalino. De los resultados que acabamos de recibir, podríamos decir que este suelo podría sostener la vida".
La naturaleza del terreno sobre el cual se posó la Phoenix se parece a las altas tierras con débil humedad del Océano Antártico. Pero lo que más sorprendió a los investigadores es la alcalinidad del suelo. La muestra analizada, que proviene de la capa superficial (cerca de 25 mm) muestra un pH de 8 a 9. Encontramos allí también toda una variedad de componentes de sales cuya identificación es interminable, y que comprende entre otros; Magnesio, sodio, cloro y potasio.
La presencia de agua líquida en una época anterior es cada vez más evidente. También hemos demostrado la presencia de nutrientes, formados por los productos químicos requeridos para la vida tal como la conocemos. Llegué a la conclusión que lo más asombroso respecto a Marte, no es que se trate de un mundo exterior, si no más bien que en muchos aspectos, como el de la mineralogía, este planeta es infinitamente semejante a la Tierra", se maravilla Michael Hecht.
Otro instrumento clave del Phoenix, TEGA (Termal and Evolved-Gas Analyzer) ha sido accionado por primera vez. Una muestra ha sido calentada hasta los 1 000°C, lo que constituye la primera sobre otro planeta. Los científicos a cargo de TEGA comenzaron a analizar los resultados transmitidos por la sonda con el fin de determinar la naturaleza exacta y las proporciones de los gases liberados en el momento de esta manipulación, (de hecho, los 1000° se obtuvieron escalonadamente, y cada paso contenía su propia secuencia de observaciones y análisis).
Sin embargo es necesaria una semana para obtener los resultados completos, porque se trata de un proceso complejo y lento. William Boynton, director adjunto de la misión en la Universidad de Arizona, ya anuncia que los datos recibidos son significativos y demuestran claramente que el suelo examinado reaccionó con agua líquida en el pasado. Es todavía imposible sin embargo determinar si estas interacciones se produjeron en el mismo lugar dónde se posó la Phoenix, o si los elementos analizados han sido transportados allí por los vientos marcianos.
En los próximos días, el brazo robótico continuará cavando y tomando muestras, profundizando más en el foso llamado "Snow White" (Blancanieves), situado en el centro de un polígono rodeado de grietas, considerado como el mejor lugar para hacer el inventario de los constituyentes del suelo desde la superficie hasta la capa de hielo.
Es imposible precisar hasta qué punto los investigadores esperan el instante que la pala recoja una muestra que se espera húmeda, conteniendo todos los nutrientes favorables para el nacimiento de una forma de vida en un lugar protegido del incesante y esterilizador brillo UV del Sol.

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