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ONDAS GRAVITATORIAS


Investigadores de la UWM, (Universidad de Wisconsin-Milwaukee), respaldados por considerables fondos de la Fundación Nacional de Ciencia, están tomando un papel de liderazgo en la búsqueda de ondas gravitatorias en el espacio. Tal hallazgo cambiaría literalmente lo que conocemos sobre el cosmos.
Usar nuevas herramientas para observar el universo, dice Patrick Brady, a menudo ha conducido a descubrimientos que cambiaron el curso de la ciencia. La historia está llena de ejemplos.
“Galileo fue la primera persona en usar un telescopio para observar el cosmos”, dice Brady, profesor de física en la UWM. “Sus observaciones con la nueva tecnología llevaron al descubrimiento de las lunas que orbitaban Júpiter prestando apoyo al modelo heliocéntrico del Sistema Solar”.
Tal oportunidad existe hoy con un observatorio único que escanea el cielo, buscando una de las mayores predicciones de Einstein, las ondas gravitatorias.
Las ondas gravitatorias se producen cuando objetos masivos en el espacio se mueven violentamente. Las ondas portan la huella de los eventos que las causan. Los científicos ya tienen pruebas indirectas de que las ondas gravitatorias existen, pero no las han detectado directamente.
Es una empresa épica que involucra a aproximadamente 500 científicos de todo el mundo, incluyendo a Brady y otros miembros del Centro para Cosmología y Gravitación de la UWM: los profesores asociados Alan Wiseman y Jolien Creighton, y el profesor asistente Xavier Siemens.
Dos físicos adjuntos a la UWM, que trabajan en el Instituto Max Planck en Alemania, también están implicados, así como el profesor de la UWM Bruce Allen y la científico María Alessandra Papa.
“Es una oportunidad inimaginable de estar en la vanguardia del descubrimiento científico”, dice Creighton.
El Observatorio de Ondas Gravitatorias Interferómetro Láser, o LIGO, consta de detectores en dos lugares de los Estados Unidos gestionados por el Instituto Tecnológico de California (Caltech) y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).
Los físicos de la UWM están analizando los datos generados por las instalaciones de LIGO.
El proyecto está financiado con una notable inversión tanto de fuentes federales como de la UWM. El año pasado, el grupo de LIGO de la UWM logró 3 millones de dólares en fondos de becas. Desde 1999, la UWM ha recibido más de 9 millones para el proyecto, con la mayoría de los mismos yendo al supercomputador Nemo que funciona discretamente en la segunda planta de Edificio de Física.

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